
Este perrillo de Goya es un huérfano del halda, ha perdido el calor y el acomodo, ese espacio preferente en el regazo de la mujer, o de la vida; el mundo se hunde a sus pies —o se hunde en él—, queda desprotegido, o fue expulsado, traicionado, abandonado o sustituido, o soltado a un mundo exterior —de ahí el miedo y la incertidumbre—.


Es la misma variación que Goya dibuja, una y otra vez, en el halda o a los pies o apartado. Una especie de cronología de la desgracia, rechazo y abandono. Aquí el falderillo junto a la duquesa De Alba (1795). Fragmento. Francisco De Goya.

Existe un reciente paralelo, del año 2002, que, bajo el título de Perro, es un grabado en original, realizado en aguafuerte, aguatinta y hoja de oro, del italiano Minno Paladino,

©Minno Paladino