La humanidad, cuando pierde el rastro de una figuración, pasa mucha parte de su vida histórica reconstruyéndolo, pregunta, se responde, busca, indaga; gruñe, olisquea, da vueltas, hace sus progresiones; zigzaguea… En realidad, ni Nézenlaire existió ni en el diminuto ratonero cabía una realidad. Le chien de Mme Nézenlaire fue una parodia implícita y nominal de la fábula Jean le nez-en-l’air (1845), de Heinrich Hoffman, una lección para quienes se interesaban y husmeaban más en los asuntos ajenos que en los propios.