O gozquejos, como también los llamaban hacia 1860, acaso con alguna variante si atendemos al dicho: «Prefiero ser un perro faldero a un gozquecillo».
O gozquejos, como también los llamaban hacia 1860, acaso con alguna variante si atendemos al dicho: «Prefiero ser un perro faldero a un gozquecillo».