
Suelen ser criticadas, denostadas e incluso insultadas las actrices que apurruñan, abrazan y arropan a sus perros. Con especial ensañamiento les han dedicado textos, artículos y hasta sermones desde 1870, aproximadamente. Un ejemplo son Ellen Terry o Frances Day. Pero con los actores no sucede lo mismo; quedan en el ámbito de la normalidad y lo afable, como pasa con Jeremy Irons, Marlon Brando, Kirk Douglas, Millie King. Es curioso, tan sólo.