
Ni una palabra de sus perrillos ‘rizados y perfumados’ al dar la noticia de su muerte en 1911…; que La Princesa de París se ahogó a los veintinueve años durante un viaje por el Rhin, que su esposo era el fundador del diario Le Matin, que la gran enamorada del arte se cayó por la borda del L’Aimée, que inspiró a Jacinto Benavente el drama La mariposa que voló sobre el mar, que su tumba fue profanada meses después. De sus perros, nada. De sus joyas, vestidos y sombreros queda un extenso y pormenorizado catálogo de pertenencias. Y muchos estudios, como el de Verbinina.