
“Esta mañana, cuando me estaba bañando, pensé en lo bonito que sería tener un perro como Rin-tin-tín. Yo también lo llamaría Rin-tin-tín, y en el colegio siempre lo dejaría con el conserje, o cuando hiciera buen tiempo, en el garaje para las bicicletas.” (Ana Frank, diciembre de 1942).