
Así muestra el pintor la muerte de un falderillo y la consternación, aparente, de ambos criados… Es una especie de tristeza miserable, algo hipócrita; acaso deben llorar y mostrar dolor por la criatura mimada de la casa, la que siempre estuvo por encima de ellos, la dueña de los mejores lugares, manjares, caricias y baños que le prodigaba ‘La Señora de la Casa’. Pertenece a la serie Caricatures of the Passion, realizada por Rowlandson en acuarela y publicadas en 1800, en Londres. Los biógrafos tropezaron con la complicada tarea de definir su obra, que eran bocetos de la vida social, a veces duramente grotescos, vulgares, groseros, pero que describían lo que veía, y la doble moral de lo que atisbaba, y es así que, hacia 1920, decidieron resumir al pintor como «El Gran Cronista de las debilidades de su tiempo».