Es complejo narrar, y desgajar, algo no dicho sobre este falderillo blanco, tan dentro de la línea clara de Hergé como lo estuvo el perrillo X (del historietista Xaudaró en España). Ambos tienen mucho que ver; caminan una misma razón de estar, de asomar o de sobrevivir, y ambos son perros bastante silenciosos, hablan en ocasiones, pero lo justo; un leve diálogo, algunas onomatopeyas dentro de una tensa vigilancia. En realidad, el lector termina observando lo que el perrillo indica que mires en cada viñeta donde aparece, y lo consigue con total sigilo. Dicen que el fox terrier Milú (también Milou, raza de moda en aquellos años) nació en 1929, que su dibujo se inspira en los de Benjamin Rabier, que su nombre se origina en el motorista René Milhoux o en una primigenia historieta de 1928, Totor et Tintin; o bien Milú era antibolchevique, o racista, o le gustaba el güiski y que odiaba la caza y el tormento hacia los animales (como en el album Aventura en el Congo, 1931). Cambió con los años, por lógica, y no se sabe si vivió alguna peripecia personal, o sufrió tormentosas cuarentenas en sus viajes por un mundo casi entero, aunque bastante mordisqueado.

— En el blog «La pluma del cormorán» se abordan ciertos excesos y desorientaciones humanas con respecto a la obra de Hergé.
Este artículo ha sido también publicado en Crónica Popular el sábado 29 de febrero. A favor de Tintín, contra lo inquisitorialmente correcto. La semana pasada leía en Crónica Popular, http://www.cronicapopular.es, este mismo medio una crítica furibunda contra Tintín, el personaje de tebeo, que era calificado de nazi. Hay una gran diferencia entre la crítica y […]
Tintín y Milú — La pluma del cormorán