Los perros, en contrapunto, de Erik Satie

Fuente video: Joel Spiggott

En 1912 Satie compuso Véritable préludes flasques (pour un chien), cuando formaba parte del cabaret bohemio Chait Noir, junto a otros compositores y artistas. Aquel ‘Gato Negro’ era cenáculo, cervecería, taller de pintura y lugar para exhibiciones de linterna mágica (que llamaban La fotografía loca), de sombras chinescas y proyecciones de cine mudo; los clientes eran llamados messeigneurs, y los camareros eran academiciens. Satie fue un respetuoso músico con el cine silente y casi el único compositor en verdad integrado en trabajos de composición de imagen en imagen, en especial para René Clair, con escenografía de Francis Picabia. Jean Cocteau citaba muy a menudo la frase del compositor…, Hago un teatro para perros: el telón se levanta sobre un hueso. Cuando Erik fallece en 1925, algunos biógrafos recogen lo siguiente: “… Afectado por una vida de privaciones que ha escogido deliberadamente, sin querer siquiera aprovechar sus éxitos de los últimos años, Erik Satie muere en el hospital Saint-Joseph el 1 de julio. Sus amigos entran por primera vez en su habitación de Arcueil, sólo abierta en más de treinta años a perros perdidos, y descubren, con asombro y horror, una mezcla entre cueva de Aladino y tela de araña…” (en El perro en el cine mudo) 


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