Las escenas que con tanto cuidado componía Claire Middleton (1852-1911) para sus acompañantes de vida, se asemejaban a una ilustración de Beatrix Potter, o a un relato de su imaginación; una puesta en escena. En 1905 Claire asoma en una fotografía, tranquila y relajada, con su terrier mestiza Tootsie y un pequeño conejo. Detrás está la máquina de coser. Luego, unos diez años después, la cabeza de Claire se emborrona, sufre un colapso, y su Tootsie llenará por completo su existencia. Cose trajes minuciosos, o la convierte en la enfermera de su gato convaleciente, que es un poco ella misma, o será una dama tranquila en su mecedera, con el abanico para los sofocantes días de calor. La última fotografía con su familia, en 1910, también se realiza en el interior de su casa (en el número 22 de East Mifflin Street; Madison, Wisconsin); muestra a una Claire muy alejada del día a día y del todo encerrada en su mundo de ‘acariciar’ y adornar y cuidar a los únicos seres que la tranquilizan, que la acompañan y que espantan la oscuridad.
Del Halda ilustrados 