Jack-Pots

Aquí el Jack terrier acompaña a la actriz Peggy Hyland, y es probable, aunque no esté mencionado, que apareciera en el filme Cheating herself (Edmund Lawrence, 1919). Era el ‘puppy’, la mascota, el adorno, la compañía, el paralelo cuidador. La prensa comentaba: «tiene una sonrisa que hace que uno envidie a su perro Jack-pots». Le preguntaron si secundaba la frase de que la imagen en movimientoaún estaba «en su infancia», y ella admitió que por supuesto, y que en ese 1919 no veía límites a las inmensas posibilidades que la cámara podría llevar a cabo. Y avanzando en la entrevista, en sus orígenes europeos, en la guerra, en el apoyo de su familia en el frente, a pesar de las tristezas y ausencias, ella hacía uso de la ironía: «Sí. Puede ser que sí, que la mujer descienda del hombre, pero desde luego somos una versión bastante mejorada.»


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