Fiesta de Repatriación de Artistas

Vix Genevieve asiste a la fiesta con su pomarano

La actriz Vix acudió a finales de 1920 a la Fiesta Benéfica organizada por la revista Comoedia, en apoyo a los artistas en apuros, abandonados, sin recursos o lejos de su hogar, iniciativa que comienza en 1909, en París y, para este caso, con sede en el teatro Olympia. Además de muchas atracciones, sorpresas, más la subasta de un vestido diseñado por Lucien Lelong o de un cuadro del dadaísta Francis Picabia, donde bailarían Miss Mistinguett y Mr. Harry Pilcer con una  jazz-band, aquello fue derivando en exceso. La única obligación era ir vestido de rojo y blanco, no olvidar el antifaz y abonar cien francos para la cena y entrada, con un descuento para los suscriptores de la revista. El único problema fue la carta que envió la sociedad protectora de animales sobre una diversión propuesta, que consistía en la caza de una liebre, y redactada por el incombustible Docteur H. Boucher:

«Monsieur le Directeur, acabo de enterarme de que su publicación, Comoedia, organiza en el Olympia, para la víspera de Año Nuevo, una verdadera cacería con sabuesos. La jauría, me dicen, estará formada por fox terriers con bozal: los cazadores van armados con redes y es una liebre la que debe asumir el peso de esta atracción. Su papel, es cierto, terminará en paz como me indica en una carta anterior. No se le escapará, sin embargo, señor director, que este absurdo, aparentemente realizado para el placer de los humanos, no presenta el mismo carácter para la liebre. Asustada por las luces deslumbrantes, acosada por los perros cuyo mordisco teme, enloquecida por sus ladridos, mezclado todo esto con los gritos de los asistentes, aunque no se lleve un mordisco, es seguro que no quedará ilesa. En estas condiciones, créanos, señor director, usted, cuyo extraordinario periódico está pensado para irradiar arte, belleza, elegancia, el ideal en una palabra, ¿cree que un espectáculo pensado para la distracción de los hombres puede ser ajeno al terror, la angustia y el pavor de la liebre? Sírvase aceptar, señor Director, la expresión de mis distinguidos sentimientos.»

Ilustración de Roger de Bouillé

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