

Carta al editor del Standard (Londres, 3 de mayo de 1898): «Al pasar por Leadenhall Market esta mañana, como lo he hecho repetidamente durante semanas, debo decir que nunca he visto ningún bebedero lleno de agua para los perros exhibidos para la venta. Al preguntar en una de las tiendas, me informaron que tenían «su propio método para abrevar a los perros». Al señalar a uno de los perrillos, indiqué que me gustaría saber si tenía sed, pero me tuve que contentar con la seguridad de que no lo sabía y ni le importaba… La insensibilidad evidente hacia las necesidades del perro, sostengo, debe detenerse, y me lleva a sugerir que se coloquen bebederos adecuados al alcance de cada animal exhibido para la venta, y otras medidas sanitarias deberían ser adoptadas. Con la esperanza de que esta carta permita llamar la atención y evitar sufrimientos innecesarios, especialmente durante la cercanía del verano, se despide su obediente servidor, S. A. R. Putney.»