Caídas, carreras, complicidad, una época de prueba con aciertos o excesos. Había terminado la Gran Guerra –o así se informó–, salían por fin de la Gran Depresión –o ese era el intento– y se dirigían hacia una Segunda Guerra –que acaso algunos ya barruntaban–. Era todo una especie de secuencia histórica repleta de rastros y avisos. En continuidad. Un airedale terrier realiza aquí el papel de Mutt, junto al pequeño Big Boy (Malcolm Sebastián), siendo un personaje cíclico con varias entregas desde 1926 (como Bear cats). Fue un divertimento en los cines, lo disfrutó cada niño y cada adulto. Ahí, en aquellas salas, el tiempo se detenía y la luz parecía borrar cualquier tiniebla, ya sucedida o por venir. (No confundir este Mutt con el que interpretó Prize puppies en 1930, un mestizo sealyham entrenado por East; y nada tiene que ver, tampoco, con el Mutt de 1923 en los filmes de Robert Cameron Bruce)