
Francis Bacon en 1954, con A studdy for a running dog, en la National Gallery of Art en Washington. Y de nuevo Studies of a Dog, de Francis Bacon, realizado en 1953, y expuesto en el AKG Art Museum (The Albright Knox Art Gallery en Buffalo). Es curioso que en el análisis de ambos lienzos apenas tenga protagonismo el segundo sujeto, la alcantarilla, el desagüe, el sumidero; un subsuelo, lugar con un sonido propio, un olor, un camino por donde discurre otra parte de la vida, escasamente narrada.
Y la última visión de Francis, este lienzo donde todos ven un toro, y donde en realidad hay dos animales. A la izquierda hay una vaca, y componen ambos una especie de ying-yang, blanco y negro, donde el cuerno blanco del toro es la luz y la cola en movimiento de esa vaca.
