El pequeño Max

Somerset & Max. Fotografía publicada en The Tatler, en septiembre de 1942

Un cariñoso y vivaz spaniel, de nombre Max, acompañaba al escritor Somerset Maugham en una cabaña de madera construida en Yemasee (South Carolina). Somerset tenía por entonces 68 años, avanzaba en la escritura gracias a este recóndito lugar de Norteamérica que le proporcionó su editor, por entonces Nelson Dubleday, a principios de los años cuarenta. El escritor consideraba que «…la gente habla de belleza a la ligera, y al no tener sentido concreto de la palabra, la usa descuidadamente, así pierde su fuerza y lo que representa al compartir su nombre con cien objetos triviales más, quedando privada de dignidad. Llaman bello a un vestido, un perro, un sermón; y cuando están cara a cara con la Belleza, ya no pueden reconocerla»


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