Rilke, en zigzag


Auguste Rodin, Rose Beuret, Rainer Maria Rilke en el jardín de Meudon en compañía de sus dos perros © Musée Rodin – fotografía de Albert Harlingue

El escritor Rilke, que siempre quiso ser un perro, cuando caminaba y paseaba, merodeando paisajes, aceras o callejuelas, si se cruzaba con un perro se dedicaba a seguirle durante horas, fuera a donde fuera.

«…Cuando Rilke empieza su única y rarísima novela, aconseja a una amiga escritora que en sus recuerdos no haya nadie, que haya solamente el mar, los árboles, las flores, los castillos, las cosas que ama, pero sobre todo el perrito que la acompañó durante su infancia.» (Albert Roig)


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