Otra realidad en escena


Berloni, entrenador

«…El director Bill Bryden está decidido a organizar una pelea de perros con cánidos reales en la producción de California Dog Fight porque ‘la obra lo exige’. Uno se estremece ante la perspectiva de que alguna vez dirija Saved, de Edward Bond, en la que el texto exige que un bebé sea apedreado hasta la muerte. Si el señor Bryden cree tan firmemente que la ilusión está pensada para un realismo auto indulgente, entonces tal vez sea hora de que se retire del teatro.»

Firmado por Michael Sharp (en 1983, con el título Dog eat Dog), venía a advertir que, cuando el perro come al perro, son las artes las que sufren. El drama, que escribió Mark Lee, desencadenó esta gran polémica, Dos bull terrier aparecían en escena, pero el director negó que llegaran a competir o a luchar, tan solo fueron entrenados por Bill Berloni, que era un gran defensor de los derechos animales, y que entre sus numerosas participaciones teatrales figura esta obra, estrenada en el Manhattan Theatre Club. El resto de lo descrito en esta producción se centraba en que una pelea de perros no es simplemente una pelea de perros, sino una «metáfora de toda la competencia despiadada, la sed de sangre, la corrupción política y las desigualdades sexuales y de clase que definen esta América…» Cabe destacar que el director se sintió muy ofendido y que contraatacó en varias publicaciones, aunque todo transcurrió sin mayores consecuencias, tanto para detractores como para defensores.


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