
El jurado destacó la perfecta realización y composicion de Gil, y también que «…El argumento Clases pasivas es triste, y además no es nuevo; pero esa pobre viuda de un honrado militar, cuya vida se va extinguiendo entre privaciones en una humilde buhardilla, y esa hija huérfana que, sentada enfrente de ella, pasa las noches en vela gastando entre privaciones ímprobas su juventud y su belleza, forman un cuadro de sentido moral harto verdadero…»
Ahora bien, o es un fragmento la reproducción del grabado, o el redactor se dispersó con la ironía metafórica del título, pues ni es una buhardilla el lugar ni hay hija alguna, y, salvo el perrillo que suele estar a la espera, el mensaje debe de estar implícito si nos atenemos a la expresividad de un anciano matrimonio sentado junto a un paraguas, pasivamente a la espera.