
«Unos ladriditos de can enclenque anuncian la carretela aparatosa que conduce a la duquesa Carolina de Nájera, sonriente y sola con su perrito»
(Descripción reciente de Melchor de Almagro, narrando los paseos de la duquesa por el parque Buen Retiro de Madrid, en la primavera de 1870 y años posteriores)