Beauty (de Lafayette)

Beauty y Lafayette (Sigmund Neuberger) fallecen en 1911

«…Era una perrilla blanca con alguna veta tiznada, palpitante, de orejas desmayadas que caían sobre su cuello, delicada y de mirada angelical, penetrante y lánguida. Pasó a estar vinculada al espectáculo con un medido protagonismo, muy cuidadas sus apariciones, acaso para no generar cansancio en Beauty. Uno de los habituales avisos de Lafayette era una llamada de atención: Usted puede beberse mi vino, comerse mi comida y usar a mis criados, pero siempre deberá respetar a mi perra. En sus contratos especificaba variadas disposiciones: la pequeña Beauty tendría cama en cualquiera de los automóviles que utilizaran; él y ella, más sus animales, ocuparían el mismo vagón de tren (en según qué países, solían ser de Lafayette); siempre se instalarían juntos en la misma habitación del hotel convenido, Beauty se sentaría a la mesa de cualquier restaurante y se le serviría cordon bleu, más lo que fuera de su capricho. A su collar fue sumando pequeñas chapitas de plata con el nombre de los hoteles en los que fueron recibidos con cordialidad. En su casa de Londres, en Tavistock Square (núm. 55, el mismo barrio del Círculo Bloomsbury), con paredes pintadas de malva y lila, cuarto de baño con mobiliario completo, en la puerta principal se leía “Aquí viven El Gran Lafayette y su perra Beauty». (en Perrillos del Halda)


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