Apuntes sin bozal

En L’Homme et la Ant, el escritor Charles Nodier, imaginando la lucha de los animales contra el hombre, escribió: «El perro, que era por naturaleza perezoso, glotón y cobarde, se echó a los pies del hombre y lamió resignado la mano que se disponía a encadenarlo. El hombre consideraba al perro lo suficientemente despreciable como para convertirlo en su cómplice. La aparente injusticia desaparece cuando se reflexiona sobre la paradoja que retrata la crueldad del hombre mismo. Nodier escribió la historia Le Chien de Brisquet con contagiosa emoción y recordaba que, en un soneto sobre los gatos, J. Lemaître menospreciaba la estúpida y ruidosa fidelidad del perro, aunque, si se leyera con atención, de nuevo subyace en el texto toda una constante alabanza. ¿No decía Víctor Hugo, en Ponto (Contemplaciones): El perro es la virtud que, al no poder convertirse en hombre, se pliega en un animal? El altivo Lamartine, confesando entre lágrimas la pérdida de su perro favorito, exclamó melancólico: «¡Pobre corazón el del hombre… tiene las mismas lágrimas por la pérdida de un imperio que por la de un animal!…” Por esa razón, llena de anotaciones, Nodier realizó un inmenso y sentido homenaje a la escritora Julie Gouraud  (1810-1891), seleccionando Memorias de un caniche (dentro de los 22 volúmenes editados en la colección La Biblioteca Rosa), porque cuenta la vida de César, destacando que no fue un perro erudito, sino un perro filósofo, y por ser ella la que consiguió reunir, en muy pocas páginas, lo que cuatro autores bien intencionados intentaron a lo largo de toda su vida.

Variaciones. Cartel de Live Freaks Circus Freak Show. Aquí Ponto es mitad gato mitad perro.


Deja un comentario