
Con un cairn terrier y expresión de pequinés junto al actor Milton, y para la revista Ciné Monde (1933), se promociona el film Nu comme un ver (1933), a la vez que Jacques Deval, dramaturgo, director y actor, se expresa, explaya y hace el trabajo de un verdadero sabueso sobre todo aquello que sobrevuela la transición al sonoro, el arte en general, y los rastros en particular…:
—¡No me hablen de eso¡ El doblaje… No; se lo suplico. Es el arte de hacer ladrar a los gatos y maullar a los perros. Por otra parte, me parece que el sueño del cine debería de ser crear una obra individual; sin trabajo individual no hay arte. Mientras que la obra de arte es un matrimonio de amor entre el poeta y su musa, el cine sólo puede ser un matrimonio de conveniencia entre el poeta y una empresa. Con respecto al resto, el cine es un arte vivo y no un profesor de historia. No hay mucho más. Tanto para los dramaturgos como para los tenderos o los farmacéuticos, cuando quieren vender su mostaza tienen que levantarse temprano y acostarse tarde. Los días sólo tienen veinticuatro horas para todos, incluidos los perros.
Georges Milton fue muy conocido por el inquietante y sentido filme Of Mice and Men (Lewis Mileston, 1939, y guión de John Steinbeck), que tendrá otra versión en 1992.