En este filme de 1944, también conocido como Daughter of the Werewolf, la princesa gitana Celeste La Tour olvida y oculta que se transforma en mujer lobo. La crítica casi mundial considera que lo único que puede verse con cierta tranquilidad es a la actriz y pianista Foch y al perro. Para otros cumple por completo con los cánones del género. Y desde luego, hoy en día es reprobable la banda elástica que colocan en el hocico del pastor alemán para lograr esa inicial ferocidad del lobo. Aunque muy olvidada esta dúctil actriz, nacida en 1924 en Holanda, aún es muy querida por su papel en The Ten Commandments (1956), o en Espartaco.
