Un halda auténtica. Jacquemijna

Jacquemijna con su falderillo en el regazo (a la derecha) fue dibujada por el alemán Abraham Lambertsz, de origen holandés, así como el resto de los spaniels aquí mostrados, que a su vez fueron analizados por el experto Eddy Shavemake: «Aquí Jacquemijna Le Pla (1647 – 1696?) posa con un perro de aguas marrón y blanco de pelo liso (un lapdog) ante un extenso jardín, una estatua detrás a la derecha y una balaustrada clásica en la distancia. Sus prendas son lujosas: su vestido de seda azul con ribetes blancos, su chal dorado ocre y su collar de perlas brillan al contacto con la luz plateada del atardecer. Existe otro retrato similar, pero un poco más grande, de una dama con un perro faldero, con cabello oscuro, que viste una túnica de raso blanco, una capa verde y sostiene un sombrero oscuro, y otro perro de aguas.» Lo cierto es Jacquemijna protege a su spaniel con la mano derecha. Y en el resto de los lienzos, corretean y juegan con entera libertad. El retrato enmarcado con los dos spaniels, y los cestos de transporte, pareciera un estudio previo de movimiento y color, realizado en el exterior de un jardín, probablemente en Hof van Zessen (Patio de los Seis) en el número 28B de Rapenburg, Leiden. Aactualmente lo titulan Dos perros en un parque, en 1672. Y la figura aislada pertenece al lienzo del comerciante David Leeuw con su familia, del mismo pintor, que insiste en plasmar otro spaniel juguetón. La pregunta nunca debería de ser si son decorativos los perros, si obedecen a una jerarquía social, si en verdad eran los perros de sus acompañantes o leves tibiezas pictóricas. En el arte cada lugar y cada objeto informa plenamente de algo. Pudieron ser, sí, ornamentales, pero nunca fueron objetos meramente decorativos.


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